👉José Petrizzo.-
Si el temor de los neoliberales era un mundo orwelliano con un poder omnipresente del gobierno, lo que tenemos ahora son magnates de empresas privadas con un poder tipo ¨novela 1984¨ para moldearnos.
Es lamentable que la ultra derecha se haya adueñado de la retórica de la libertad como en su día lo hizo con el patriotismo o las banderas. Uno de los errores de los progresistas es no haber explicado esta idea de manera simple, que la libertad de una persona es la falta de libertad de otra.
Con la pandemia se habló de la libertad de no usar mascarilla o de no vacunarse. Sin embargo, con esa libertad le estás quitando a alguien la libertad de vivir o de no estar hospitalizado. La libertad de portar un arma puede significar la falta de libertad de vivir para otras personas.
No se puede
pensar en la libertad de una persona sin pensar en las consecuencias para otra.
Así que una pequeña restricción de la libertad puede llevar a una mayor
libertad en un sentido significativo para todos. La libertad de todos aumenta
cuando yo obedezco ciertas reglas que me restringen.
Los que tienen el poder no quieren perderlo
El nuevo fascismo y la ola populista que barre el mundo es consecuencia directa del capitalismo neoliberal, porque se propuso conseguir más libertad. Sin embargo se trataba de la vieja libertad, y así se amplió la libertad de las corporaciones para explotar a los demás y para desinformar.
Esa libertad ha provocado menores ingresos y más desigualdad para el resto de la sociedad. La vida es miserable para un gran número de personas ¿Y a quién echan la culpa los de la ultraderecha? la culpa es de los demás de otros.
El neoliberalismo no
sólo consistió en dar libertad a las corporaciones para que explotaran, sino
que también promovió el egoísmo y el materialismo y socavó la solidaridad
social. Aunque también es cierto que no
es completamente la causa de la desigualdad, en algunos países la inmigración
se convirtió en un problema real que no se ha gestionado nada bien.
La desigualdad crea un campo fértil para los demagogos y la ultraderecha ha sacado provecho. Un buen demagogo puede servir para exacerbar las divisiones sociales. Quieren reescribir los libros de historia diciendo que Hitler era comunista, que nunca hubo maltrato hacia las mujeres, y a otros grupos sociales y religiosos; ni esclavitud ni colonialismo.
Con esta división
creciente han creado las guerras culturales como una
distracción artificial para no hablar sobre los problemas reales de nuestra
sociedad y están tratando de detener el proceso de
sanación tras un orden social que fue era injusto con todas las minorías.
En la sociedad del conocimiento, es increíble que se haya llegado al extremo de no creer en los hechos, todo ello debido al proceso que las redes sociales han logrado llevar a cabo. Existe una larga historia de extremo debilitamiento de la verdad por parte de quienes se oponen a ella.
Las empresas
tabacaleras y farmacéuticas dicen que faltan pruebas científicas, los
negacionistas del cambio climático argumentan que las evidencias no son claras
y en la ignorancia general se genera aun más escepticismo. Los que tienen el poder, no
quieren perderlo, por lo que tratan de redefinir la narrativa y explotar la
ansiedad social.
El mundo occidental siempre han criticado la propaganda de los nazis y los comunistas, y ahora estamos inmersos en una pesadilla de propaganda mediática, incluidas las redes sociales controladas que pueden hacer viral lo que quieran. X o Facebook son peores que la propaganda arriba mencionada porque tienen mejores formas de controlarla y más conocimiento sobre cómo introducirse bajo la piel de muchos en todo el mundo.
Tienen todo el conocimiento de la psicología y de la economía conductual y
todas las herramientas de la Inteligencia Artificial. Así que pueden segmentar
mensajes para enviarlos a diferentes personas, indicando que la verdad no
existe. No moderan ningún contenido porque pueden ganar más dinero difundiendo
información errónea pues carecen de valores morales.
Todos los discursos han estado siempre regulados. Los periódicos, pueden ser demandados por difamación. En la mayoría de los países se aplican normas muy estrictas de verificación de datos y existe una especie de responsabilidad social. Hay normas sociales estrictas y no es necesaria tanta regulación.
Si se hace lo correcto, será mejor la autorregulación con normas estrictas. La única ley para las plataformas de redes sociales es que pueden dar cabida a cualquier basura. Europa está avanzando en la dirección correcta con la Ley de Servicios Digitales o la Ley de Mercados Digitales, con la protección de la privacidad y de la competencia, pues tienen que asegurar una democracia donde se limite la propaganda que puede dañar a la sociedad. Estados Unidos está a años luz de ello pues ha dejado de ser una democracia funcional.
El capitalismo debe avocarse a una etapa progresista de lo contrario el sistema actual terminará devorándose a sí mismo. La virtud del capitalismo es la competencia no el monopolio, así que, a menos que haya gobiernos que detengan la acumulación de riqueza y de poder, no habrá un capitalismo competitivo que genere innovación. Nuestra sociedad funciona sobre la base de la confianza.
Sin embargo, el capitalismo en su forma natural trae codicia, egoísmo y deshonestidad, generando una desconfianza que socava el necesario nuevo orden social lleno de innovación y la competencia.
Así mismo, desde un punto de vista político, el capitalismo progresista
debe recuperar el discurso de la libertad porque, en la práctica, sus políticas
dan más libertad a más personas. La
realidad es que debemos crear un sentido
de solidaridad y de
comunidad….de lo contrario estaremos perdidos
como sociedad.
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