👍José Petrizzo.-
La mitad de la población europea se quedó en casa el pasado domingo 9 y no acudió a votar a las elecciones europeas. Algo no va bien en nuestra sociedad contemporánea cuando la ciudadanía da la espalda al derecho democrático de elegir a sus representantes.
Cada vez la brecha entre el mundo de la política y la realidad del día a día de los votantes se hace mayor y esta desconexión se traduce también en votos castigo de muchos electores que optan por opciones rupturistas con lo que consideran el sistema.
En estas elecciones hemos asistido a la aparición de fenómenos tan sorprendentes como el de Alvise Pérez en España o Fidias Panayiotou, un YouTuber chipriota de 23 años, que salió electo al parlamento, anunciando que jamás ha votado en su vida.
Con todo, el resultado global de las elecciones europeas ha supuesto un mantenimiento del status quo: la ultraderecha ha crecido, pero no tanto como para cambiar el equilibrio de fuerzas. La futura gobernanza europea seguirá pivotando en torno a los pactos que puedan alcanzar las familias democristiana, socialista y liberal.
Pero sería un error que este resultado no provoque una profunda reflexión de las élites sobre cómo recuperar a tantos ciudadanos descreídos que o se quedan en casa o se entregan a propuestas desconocidas como voto de protesta.
Los partidos tradicionales insisten en hacer cordones sanitarios a la ultraderecha, y no estaría de más que pensaran que igual sería más práctico abordar el fondo del problema que ocasiona este malestar.
Hacer políticas de vivienda para los jóvenes que se inician en la vida profesional o mejorar la situación de esa clase media devastada por la crisis económica del 2008.
Mientras no se resuelvan muchas de esas carencias, los Alvises o Fidias de turno seguirán teniendo una base para poder captar electores. La reflexión sobre este resultado electoral es que hay tensión, hay miedo y hay una demanda de protección por parte de la población europea.
Este año se ha caracterizado por ser un año marcado por elecciones decisivas en todos los continentes, solo faltaban estas para anunciar el cataclismo político en Francia que pueden suponer un cambio histórico tenebroso.
Es pronto para analizar el impacto de la votación del pasado 9 de junio. La posible consolidación de la extrema derecha representa un desafío importante para la Unión Europea (UE), sobre todo en lo que respecta a inmigración, transición energética o el tan deseado pero incompleto apoyo a Ucrania.
Esta historia aún no termina de escribirse.
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