👉 Mario A. Beroes R.-
El pasado 10 de Enero se cumplió un mes desde que el economista libertario, autoproclamado ¨anarco capitalista¨, Javier Milei, asumiera el cargo de Presidente de la República Argentina. Y no han sido días precisamente tranquilos.
Durante su campaña electoral, el actual mandatario dejó perfectamente aclarado que no venían tiempos fáciles para los argentinos. ¨Vienen meses muy duros¨, repetía, y cuando asumió remató con un terminante ¨No hay plata¨ que marcó el inicio de un descomunal ajuste de las cuentas públicas y achicamiento del estado. Aún así, Milei ganó la elección y la gente lo festejó. Un enigma para los analistas.
En principio, el apoyo a sus propuestas políticas, económicas y sociales que hacen crujir el orden instituído en esos ámbitos y que llevaron a la República Argentina a una crisis permanente; el rechazo al populismo kirchnerista (y porque no, al propio peronismo) y la creencia que, si bien habría un fuerte ajuste en la economía, el costo lo pagaría "el otro", conforman el universo de votantes que le aportaron a Milei el 56% de los votos en la segunda vuelta electoral, un 12% más que su adversario, el oficialista Sergio Massa.
El nuevo gobierno argentino no la tiene fácil. Lucha contra la inflación y la falta de financiamiento e inversiones en lo económico, sufre una aguerrida embestida de la oposición a los proyectos que ha enviado al Congreso Nacional para darle un marco legal e institucional a las reformas que propone y está en pie de guerra con una de las corporaciones más poderosas del país: los sindicatos. A los cuales ahora, se les suma el apoyo (por conveniencia) de sus hasta hace pocos meses, ¨competidores¨, las organizaciones sociales (a cuyos líderes se los conoce como ¨los gerentes de la pobreza¨ en alusión a las multimillonarias sumas de dinero que han pasado por sus manos desde que el kirchnerismo apareciera en el firmamento político argentino).
Decíamos que ante los pronósticos económicos apocalípticos de Javier Milei, los argentinos mantuvieron el apoyo a su llegada a la presidencia del país convencidos que, si bien el ajuste era/es inevitable, no serían ellos los más afectados. Error.
Hoy, mientras comienzan a recibir facturas por servicios e impuestos por valores impagables, se dan cuenta que, en realidad, "el otro" somos todos. Y comienza así un nuevo desafío para Milei: cuál es el límite temporal de la paciencia de los argentinos. Una recordad frase de Juan Domingo Perón ilustra mejor lo que queremos decir: "el órgano más sensible del cuerpo de un argentino, es el bolsillo".
Un mes de gobierno de Javier Milei que anticipa un año 2024 muy complicado, con múltiples focos de conflicto. No sólo internos. La política internacional, el nuevo alineamiento de Argentina con Estados Unidos, la OTAN, la Unión Europea e Israel, y el rechazo a las autocracias y dictaduras también deben ser observados con atención. Milei fue duro contra China y Brasil cuando procuraba el voto de los argentinos. Ahora tiene claro que las relaciones con ambos países son cruciales para generar la divisas que Argentina necesita.
El fenómeno Milei trasciende las fronteras de la República Argentina y concentra la atención de medios de comunicación, políticos y empresarios. Un economista libertario autoproclamado anarco-capitalista que saltó de los medios de comunicación a la presidencia de la nación.
Las reformas que impulsa Milei enfrentan a su gobierno con la oposición en el Congreso. ¿Gobierno por decreto? La Justicia tendrá la última palabra.
Argentina pasó de tener un "holograma" como presidente y una vicepresidente con serios problemas con la justicia por hechos de corrupción, al hiperpresidencialismo de Milei. ¿Es Javier Milei un emergente del hastío hacia los "políticos profesionales", los populismos y la "cultura woke"?
La cuestión económica subyace en todas las propuestas del nuevo gobierno argentino. Sus defensores afirman que si no se concretan, la inflación ¨está a la vuelta de la esquina¨. Los argentinos, en realidad, ya viven en hiperinflación. Los opositores acusan a Milei de querer gobernar ¨por decreto¨ y lo califican como un ¨monarca¨ que impulsa medidas que van a terminar arrasado con derechos civiles y sociales que tardaron años en conquistarse. Todos dicen tener razón, pero sólo el tiempo tiene la respuesta.
Mientras tanto, es necesario prestar atención (como en cualquier país del mundo donde los escenarios domésticos críticos) a la nueva dinámica que vive la República Argentina, sacar conclusiones y estar preparados para que los hechos no sorprendan, y, si aún así lo hacen, minimizar el daño.
"No hay plata" ¿Realmente no hay plata en Argentina? ¿Hablamos del Estado o de los particulares? ¿A qué nos referimos cuando decimos "economía informal"? ¿Cómo la aprovechan los gobiernos populistas y el crimen organizado? ¿Puede Argentina pasar de ser un país hipercontrolado por el Estado a una desregulación profunda de la economía?
Recursos naturales, energéticos y humanos que son asfixiados el peso del Estado y la presión tributaria. Lo más preparados, se van.
¿Es posible resolver los problemas macroeconómicos de Argentina, sin un plan concreto y sólo con medidas que apuntan a la microeconomía?
Argentina no puede evitar la hiperinflación porque sus habitantes ya viven en hiperinflación. ¿Podrá Milei imitar a Domingo Cavallo, que bajó rápidamente la inflación en los años 90 con su plan de convertibilidad? ¿A qué costo económico, político y social?
Los argentinos no sólo sufren la hiperinflación sino también padecen de "hiperansiedad". El proceso de ajuste durará varios meses… ¿Y la paciencia de los argentinos? No todo es economía, la política exterior y de defensa ante el nuevo alineamiento mundial de Argentina. Las Fuerzas Armadas jugarán un papel fundamental en el acercamiento a Estados Unidos y la OTAN.
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