En estos tiempos de IA, cada vez habrá más sistemas que nos ofrecerán respuestas a demanda y asistentes que nos llenarán de sugerencias en base al análisis que sus algoritmos sacan de los datos. En gran medida liderar significará ser más capaz de pensar que de mimetizar. Armar argumentos propios, y crear lógicas propias basadas en la observación de nuestros clientes o de aquellos a los que queremos servir.
Liderar supondrá ser capaz de proponer preguntas inspiradoras, preguntas pertinentes, preguntas palanca. Liderar supondrá a veces contradecir el “mainstream” que nos proponen y explorar innovaciones que desafían la lógica de las máquinas.
Liderar en tono humanista supondrá decantar la ecuación tecnología – personas a favor de las personas y proponer un liderazgo humanista, compasivo. Un liderazgo que sea una técnica y un arte para resultados, pero no de cualquier forma.
No orillando a las personas. Un liderazgo que sepa sintetizar ingeniería y humanismo. Liderar desde la suma de inteligencias, pero dando preponderancia a la inteligencia humana por simple sentido común. Necesitamos líderes que sepan ser competitivos sumando personas con mucha tecnología pero que no sean ´melindrosos´ con la tecnología.
Estamos ante una verdadera revolución con la inteligencia artificial, por tanto, hay que ser muy ágil en no precipitarse. Hay que entender las lógicas de impacto y las lógicas de revuelo. Liderar es también saber encontrar el momento de dar el salto, de pasar a otro nivel, cosa que con la inteligencia artificial será imprescindible.
Garantizar la coherencia con la misión, visión y valores de la organización es una función crucial del liderazgo. Aunque la IA es una fuente de expansión, eficiencia y agilidad para la empresa, su implementación debe respetar principios éticos, de inclusión y responsabilidad social.
La adopción de la tecnología no debe contradecir los valores corporativos; una IA mal gestionada o explicada puede erosionar la confianza en la compañía y en sus líderes. Así mismo, las empresas tienen la responsabilidad y la obligación de garantizar el uso de estas herramientas de forma ética y segura.
Guiados siempre por la prudencia y el sentido común, acotando el terreno de juego y establecer las reglas que habrá que seguir. Uno de los retos mayúsculos del liderazgo en las organizaciones es situar a las personas en el centro, tanto las que usan estos sistemas como a las que se destinan sus resultados, de forma que no se trata de invertir solo en la tecnología, sino también en la capacitación en materia de IA para poder hacer un uso responsable, y escalable, que genere confianza.
La IA debe aportar valor y eficiencia, pero al mismo tiempo, y sin ánimo de ser un freno a la innovación, se debe pone las dosis necesarias de cautela para que las nuevas herramientas tecnológicas se apliquen con las máximas garantías de seguridad y velando por el cumplimiento normativo.
Debe haber un uso regulado, ético y responsable de estas herramientas, que previamente deben haber sido validadas internamente por los departamentos correspondientes. De hecho, el Reglamento Europeo de IA (RIA), ya enumera los casos de uso que deberán estar prohibidos, y contiene un abanico de artículos que regulan los sistemas de IA de alto riesgo.
La IA ofrece ventajas específicas al liderazgo: automatización de tareas, análisis de datos, optimización de recursos, innovación, gestión eficiente del talento y facilitación del trabajo remoto. Todo esto mejora la productividad y permite que el líder dedique tiempo de calidad a las personas.
Sin embargo, hay desafíos que los líderes deben afrontar: adquirir habilidades digitales avanzadas, tomar decisiones difíciles y superar resistencias al cambio. Asimismo, un factor importante de éxito profesional será la capacidad para obtener el mejor resultado posible de un IA Apps. Y esto puede ser un reto considerable para muchos.
El liderazgo tiene la responsabilidad de ejemplificar y facilitar la transformación, apoyando en las resistencias y fomentando el aprendizaje continuo, donde las habilidades evolucionen al mismo ritmo de la tecnología. Este nuevo contexto humano-tecnológico exigirá que el líder refuerce su propio desarrollo y el de sus equipos.
La integración de la IA requiere adquirir habilidades “de fusión”, como el dominio del prompting (lenguaje de comunicación con la IA para optimizar las respuestas), el pensamiento crítico y creativo, la interrogación inteligente y el aprendizaje recíproco.
Muchas personas deberán pasar de una cultura de hacer a una de pensar y crear; de aceptar información pasivamente a analizarla en profundidad. El liderazgo tiene la responsabilidad de ejemplificar y facilitar esta transformación, apoyando en las resistencias y fomentando el aprendizaje continuo, donde las habilidades evolucionen al mismo ritmo de la tecnología.
Es esencial que los líderes establezcan límites claros a los equipos sobre cómo y para qué utilizar la IA: generar alternativas y evaluar opciones, crear simulaciones y escenarios, elaborar planes de desarrollo, explorar nuevas ideas y enfoques innovadores, tomar decisiones basadas en datos o aprender. No es lo mismo pedir a la IA ‘haz’, que ‘explícame cómo hacer´.
El líder tiene la misión de hacer crecer a las personas y no permitir que la IA debilite sus capacidades, dando prevalencia a lo humano y a su relación con el equipo. Sin esta prioridad, la adopción de la IA puede generar desconexión y despersonalización. Es fundamental desarrollar habilidades interpersonales críticas que fortalezcan las relaciones y la confianza con los equipos.
La IA no reemplaza la escucha empática, la comunicación auténtica o la sensibilidad humana. Un líder que, ante un conflicto o conversación difícil traslada una respuesta generada por IA, genera distanciamiento, y este tipo de práctica empieza a ser común. Sin embargo, si no conectas, no lideras.
En esta era, los líderes de éxito deben ser tecnológicamente competentes, estratégicamente innovadores y profundamente humanos, equilibrando la eficiencia de la tecnología con el impacto positivo en las personas.
Enfrentar los desafíos de la IA es una oportunidad para reinventarse y construir un futuro donde la tecnología y las personas se complementen y enriquezcan mutuamente, usándola de forma ética y responsable, respetando la normativa y minimizando riesgos.
*MSc. Psicología Ocupacional y Organizacional
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